Miguel Ángel, desde Murcia y el mundo del MTB a la #MCV2021 - GFI Marcha Ciudad València
Miguel Ángel, desde murcia y el MTB a la #MCV2021

Miguel Ángel, desde Murcia y el mundo del MTB a la #MCV2021

El sábado 10 de abril de 2021 comiendo con mi amigo Gabriel en el restaurante Cobatillas de Murcia me comentó que había una prueba en Valencia a la que nos podíamos inscribir. Mostré mi sorpresa cuando me dijo que era de ciclismo en carretera, ya que, hasta la fecha, habíamos participado en muchas pruebas de MTB pero ninguna de carretera. Nos pusimos con los móviles

a ver la información por Internet. Rápidamente reconocí gran parte del recorrido ya que paso los veranos en Almenara, así Oronet, Segart, Chirivía, Náquera, Serra, Altura, Segorbe, Soneja, Torres-Torres eran nombres muy conocidos por mí. Le comenté como en numerosas ocasiones en mis rutas por la Sierra de la Calderona y alrededores había pasado por los puertos del Oronet y de Segart, esté último en MTB ya que tiene de más desarrollo. Me ilusionó participar con mi gran amigo y hacer juntos esta prueba por lo que al día siguiente tomando un café realizamos la inscripción y la reserva del hotel. 

Suponía un reto importante para mí, además de la distancia estaban los puertos. Sabía y conocía bien las dos vertientes del Oronet, pero Segart que había hecho con la bici de montaña tenía pendientes del 22% y no lo había hecho nunca con la de carretera. Por lo que en agosto salí con la de carretera desde Almenara hacia Segart pasando por Petrés y Albalat dels Tarongers. Desde la rotonda de Albalat del Tarongers subí a la población de Segart, tramo que ya había hecho muchas veces, y desde allí hacia el cruce con el Garbí. Ese tramo era el verdaderamente duro con pendientes muy pronunciadas donde no me quedó más remedio que ponerme de pie en algunos tramos. Lo realicé bien y pensé que ese puerto no era problema, este estaba en que además faltaba el Oronet en sus dos vertientes, Chirivía y unos 190 km. No tenía el placer de conocer al Sr. Chirivía, pero varios compañeros de veraneo me dijeron que era largo, sin pendientes demasiado pronunciadas y que no tendría problema. Había que entrenar duro, para ello teníamos unos 5 meses en los que prácticamente teníamos que dejar de lado la MTB y dedicarnos a hacer tiradas largas con la de carretera. 

Contaba con un importante aliado, mi amigo Gabriel. No estaría solo, además de otros participantes, contaría con su compañía y su inestimable ayuda. Nos daríamos ánimos mutuos y ¡podríamos darnos relevos! 

Así lo hicimos. Mucho entrenamiento en carretera notando como íbamos mejorando y batiendo los tiempos conforme nos preparábamos. Poco a poco fuimos metiendo más desnivel en los entrenamientos por tierras murcianas. Nuestro objetivo era terminar juntos la prueba sin rampas ni problemas, el tiempo empleado era lo de menos. Nos ilusionaba la idea de hacer una prueba de estas características juntos. 

La semana de la prueba hicimos rodaje muy suave, sobre todo nos dedicamos a los preparativos. Teníamos que ver la hora de salida, Gabriel ponía el coche y el porta bicis, ver cómo llegar al hotel, preparar bolsas con sales y alguna chuche, dónde podríamos cenar y el trayecto más corto del hotel a la Marina en el Puerto de Valencia. 

Ya con todo preparado, el jueves antes de la prueba a las 21.00 me llama mi amigo para decirme que le ha surgido un problema y que no puede venir, ¡salíamos el viernes por la tarde! Me quedé hecho polvo, incluso había comprado dos pares de calcetines para ir conjuntados. Además del shock, me asaltaron varias preguntas como si iba o no y otras muchas relacionadas con el viaje, la estancia y asumir hacer la prueba en solitario con todo lo que conllevaba. 

Tenía que hacer esa prueba, había trabajado duro para estar en condiciones de poder afrontarla. Realizarla solo era un plus importante, la falta de mi amigo moralmente me afectaba bastante tanto en la prueba como todo lo que la rodeaba que también debía hacer solo. Era un reto personal, una superación que tenía a mano más aun en estas circunstancias.

El viernes por la tarde se vio entrando en la Marina del puerto de Valencia un coche procedente de Murcia, con el GPS como copiloto y un portabicis con una bici roja de carretera. Ese era yo. 

Al día siguiente la prueba. Resultó dura, la realicé en un tiempo muy bueno terminando sin calambres ni otros problemas. ¡Objetivo cumplido! 

El compañerismo de otros participantes hizo que en pocas ocasiones estuviese solo. Los ánimos recibidos por estos, por la organización, por el público y por los agentes de la Guardia Civil suplieron en parte la ausencia de mi querido amigo, le eché mucho de menos. 

Ha resultado una experiencia muy enriquecedora, también ha supuesto una gran superación personal.

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