El descanso y la recuperación del ciclista son claves para que este trabaje a pleno rendimiento. De entre las formas en que un ciclista puede recuperar óptimo estado físico tras el esfuerzo, en este artículo se analizarán las ventajas del masaje de recuperación.
Masaje post-competición
En un entorno tan exigente físicamente como es el mundo del ciclismo, la recuperación juega un papel fundamental para diferenciarse y rendir sin dolencias después de haber realizado un gran esfuerzo físico. Esto puede conseguirse con un masaje de recuperación.
Este masaje será realizado al ciclista después de una carrera, prueba o gran esfuerzo y busca el favorecer del drenaje venoso y linfático, eliminar toxinas y evitar la aparición de las agujetas.
Lo más adecuado es realizarlo una hora después de haber terminado el ejercicio y nunca después de las cuatro horas, pues el masaje de recuperación solo es plenamente efectivo en este periodo de tiempo.
Para realizar un masaje de recuperación, se suelen utilizar lámparas de infrarrojos ya que sus propiedades térmicas, que calientan la zona antes del masaje, favorecen el flujo sanguíneo y aceleran la recuperación del deportista.
El masaje de recuperación se focaliza en las piernas, debido a que el tren inferior es la zona del cuerpo que más se fuerza durante una marcha ciclista, aunque aspectos como la tensión o el agotamiento hacen que cuello, espalda y hombros también se vean cargados.
Precisamente, como estas zonas del cuerpo también influyen en el rendimiento deportivo del ciclista, no deberán dejarse de lado después de una competición. Así, el masaje de recuperación no debe descuidar ninguna región cargada por el esfuerzo.
En definitiva, es importante la aplicación de un masaje de recuperación para ciclistas que necesiten trabajar a pleno rendimiento durante varios días seguidos o tras una marcha, ya que favorece su recuperación y previene lesiones.